domingo, 3 de junio de 2012

El efecto silicona

Hace más de un siglo se dieron la revolución industrial y el surgimiento, entre el de muchos otros inventos, de la máquina de vapor. Luego, el vapor fue cambiado por diesel (¿Beneficios? Supuestamente resultó más eficiente, aunque yo prefiero pensar tanto en la armonía del planeta como en la belleza que habría tenido occidente en un mundo steampunk...). Hoy en día, estamos presenciando una revolución mucho menos notoria, pero igual de controversial, y que puede expresarse con la ya trillada pregunta: ¿siliconas o no?

Las siliconas comenzaron a ser utilizadas por la industria cosmética desde los 50s, y han encontrado diversos usos: algunas transportan diferentes sustancias y las fijan en la superficie de la piel o el cabello, otras ayudan a secar las melenas con mayor rapidez; algunas, inclusive, son utilizadas por el mero hecho de espesar las mezclas. Esta vez nos centraremos sobre otro grupo, que resulta el más "alarmante" y sobre el que toda la discusión capilar se enfoca: aquellas que, más allá de nutrir el pelo, lo envuelven y dan la engañosa apariencia de belleza, con lo cual se ocasiona, señoras y señores, el denominado efecto silicona.


Elves: no silicones, yet so perfect...

Pongámoslo así: tenemos una hoja verde y fresca de la planta que ustedes gusten. Esta la forramos con una mica, porque queremos que brille y, de paso, protegerla de cualquier posible daño o de la humedad. Habrá quienes digan: "Bueno, claramente el brillo se debe al plástico y no a la hoja en sí, pero...¿y qué? A fin de cuentas, se ve bien y muchísimo más decorativa".

Aquí es donde, a decir mío, viene el problema: así como no entran ni el aire ni el agua del exterior, que potencialmente dañarían la hojilla, aquel aire y aquella humedad propios de ella tampoco podrán escapar. ¿Qué ocurrirá a la larga? Allow me to tell you: se pudrirá. Se hongueará. En otras palabras, terminará tan o más estropeada como si no la hubiésemos protegido con la mica.

Pues bien, es obvio que el cabello no se nos va a putrefactar por el uso de los cuestionados compuestos; es más, es probable que no notemos cambios negativos en un buen tiempo. No obstante, corremos el riesgo de maltratar nuestras amadas fibras capilares. ¿En qué sentido habría maltrato? Again, allow me to clear it up for you: 

  • Lo más importante es la cero nutrición. A lo que me refiero: muchos productos, sobre todo de las marcas, digamos, corrientes, no incluyen nutrientes en sus fórmulas o los colocan en cantidades ínfimas, sólo como para darse publicidad y por mera cuestión de mercadeo. Las siliconas en sí no son dañinas, pero el no nutrir nuestra cabellera sí lo es. Eventualmente, esto resultará en puntas partidas, pelo quebradizo o (yo más bien diría "y") una falta de movimiento atroz.
     
  • Otro problema que salta en Google cuando tipeas "siliconas" es la acumulación, también conocida por su equivalente inglés, build-up. La mayoría de estas sustancias son tan compatibles entre sí que se van situando una sobre la otra, sobre la otra, sobre la otra, lo que forma una capa cada vez más gruesa de plastiquitos que terminará asfixiando nuestra melena, además de privarla de la humedad del aire y de absorber los nutrientes que intentemos brindarle. Esto nos regresa al primer guión y, lo peor, nos dará la sensación de tener hilachas de escoba sobre la cabeza o, como algunas mujeres lo llaman, "pelo de muñeca (barata)".

Bitch, please.

Debo aclarar, sin embargo, que no siempre las siliconas resulan tan malignas. Para un día de fiesta, por ejemplo, podríamos usar uno de esos productos "milagrosos" que prometen curar las horquillas para disimular cualquier imperfección o aumentar el brillo. En adición, hay ciertos tipos de siliconas que no se acumulan, así como clases de cabello que soportan más el uso de estos químicos. A saber:

  • Los cabellos con porosidad alta, cuyas escamas podrían controlar su apertura con el forro de siliconas. Esto significa, además, que estas son pésimas para su contraparte: los cabellos con porosidad baja.
  • Los cabellos gruesos, ya que estos no perderán su forma con el peso extra que las siliconas implican. Los cabellos delgados, por el contrario, pueden perder cuerpo y verse caídos debido a este mismo motivo.
  • Los cueros cabelludos normales, ya que la cantidad de sebo que producen es controlada. Los grasos podrían dar la impresión de ensuciarse más rápidamente debido al brillo extra, así como los secos se resecarían más ante la disminución de su capacidad absorbente.

Vale recalcar que muchas marcas reconocidas incluyen siliconas en sus líneas a la par de cantidades generosas de sustancias nutritivas, por lo que traen, junto a las desventajas de aquellas, muchos otros beneficios capilares. Por ende, cabe concluir que todo depende de una rutina balanceada apropiadamente: podemos intercalar y combinar productos que las contengan con otros que no, así como incluir lavados antirresiduos, ya sean caseros o utilizando champúes especializados. Pero de esto les hablaré en otra entrada.


 

Por ahora, os dejo una canción tan genial de una de mis bandas preferidas no sin antes recordaros que espero sus comentarios sobre el tema ;)
 

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