domingo, 11 de marzo de 2012

El aloe bendito


Podemos abordar el tema del aloe desde dos ángulos: el netamente empírico y el teórico. Este último resulta más tedioso, pero, ¡rayos!, es el que menos se encuentra en las páginas dedicadas al cuidado del cabello y definitivamente debería dársele más importancia.

El aloe, o sábila, es una planta suculenta; es decir, posee hojas que han sido engrosadas a lo largo de su evolución para poder almacenar una mayor cantidad de líquido y cuya pulpa es la que aprovechamos. No me aventuro a decir que sea bueno ingerirla: por ahí leí que las sustancias tóxicas son neutralizadas por otras presentes en la misma planta, por ahí también leí que no son neutralizadas por completo y que aumentan el riesgo de enfermedades como el cáncer; así que mi posición respecto a su ingesta es neutral mientras no me presenten una investigación contundente. Ahora, puede que estén pensando: ¿por qué un escéptico escribe sobre esta planta? Pues, si bien es cierto que soy quisquilloso cuando de “deglutir” remedios se trata –tanto si son tradicionales como de laboratorios, detesto tomar pastillas-, tengo la mente totalmente abierta cuando se trata de  trucos para la vida diaria que no impliquen comer cosas con suspicacia. Además, mi experiencia me lleva a decir que el secreto a voces de aplicar sábila sobre el cabello es realmente efectivo.

Hagamos acá una pausa y preguntémonos: ¿a qué se debe toda la magia? Para poder responderles, me embarqué en la búsqueda de libros que me ayudasen a entender, teniendo en cuenta mis rústicos conocimientos en química, y esto es lo que encontré:

  1. La sábila posee saponinas y antraquinonas. Estas últimas poseen un efecto calmante, por lo que aliviarían irritaciones, a la vez que ambas serían las responsables del efecto germicida y antimicótico. Traduciendo, ambas sustancias habrían de matar microorganismos presentes en el cuero cabelludo que podrían ocasionar picores y molestias mayores. Acá debo hacer hincapié y darles una gran noticia: siempre tenemos bacterias en nuestra piel. Se denomina microbiota cutánea, y viene a ser una flora natural que convive con nosotros sin causar problemas mientras el balance se mantenga. Este puede romperse por diversas situaciones, como exceso de grasa o raspones que permitan el ingreso de las bacterias a capas más profundas del cuero cabelludo. ¿Por qué, entonces, la sábila no resulta matando a todas las bacterias y rompiendo nuestro balance al dejarnos sin microorganismo alguno? Bueno, mi hipótesis es que las sustancias “desinfectantes” se encuentran lo suficientemente diluidas como para no causar perjuicios; además, nuestras queridas mascotas invisibles se reproducen rápido –muy rápido- por lo que, aun con las bajas que la sábila pueda causar en su población, no desaparecerán.
  2. La sábila posee lignina, una sustancia que sería capaz de penetrar en las capas de la piel y del cabello, transportando consigo agua, por lo que contribuiría a la hidratación. 
  3.  El vegetal en cuestión posee numerosos minerales y vitaminas. Si el cabello absorbe estas sustancias o no, es un amplio campo de investigación que aún no ha sido comprendido en su totalidad. Los beneficios de estas sustancias ocurren cuando las ingerimos y, como se deduce de la oración anterior, aún no se sabe con certeza si sus efectos son los mismos al aplicarse externamente. Podemos destacar entre este grupo de compuestos al cinc, cuya deficiencia ocasiona caspa y que aplicado sobre el cabello dizque tiene los mismos efectos, a decir de muchas marcas de champú, y el magnesio y las vitaminas E y C, cuyas propiedades antioxidantes habrían de proteger el cabello, según grandes laboratorios como L’Oréal, que incluye antioxidantes en algunas de sus líneas. 
  4. También encontramos polisacáridos y aminoácidos. Yeah, babe!  Personalmente, creo que estos son lo más provechoso “capilarmente” hablando, ya que ayudan dar fuerza y cuerpo al cabello. Los aminoácidos, adicionalmente, ayudan a repararlo, debido a que son componentes de las proteínas, de las cuales nuestro cabello está hecho. Entre estos aminoácidos encontramos a la ya famosa arginina, cuyo nombre Elvive se ha encargado de grabar en la memoria popular mostrando a una siempre despampanante Jennifer López.

Con todo esto, uno podría decidirse por aplicar sábila inmediatamente y tan seguido como le fuese posible. Hablando ahora desde mi experiencia, puedo decirles que sí funciona: aporta un brillo evidente y la sensación de tener un cabello más fuerte puede percibirse desde la primera aplicación, especialmente si nuestros cabellos son delgados. No obstante, yo dejé de usarla debido a otra propiedad suya: oscurecer el cabello. Y, así como los beneficios anteriores, este efecto es también bastante notorio.

 Aloe vera sobre cabeza de Homo sapiens

Ya entusiasmados y, quizás, advertidos con lo que les he compartido, es cuestión de que cada uno decida lo que le conviene. Si no les molesta que su cabello castaño se ensombrezca o si tienen ya de por sí el cabello negro, pueden simplemente frotar la pulpa de la sábila desde el cuero cabelludo hasta las puntas tan seguido como quieran, sólo recuerden no espantarse si sienten picor durante la aplicación: es completamente normal en tanto no derive a situaciones mayores. Hay personas que, para facilitar la aplicación diaria, licúan su champú de uso diario con suficiente cantidad de pulpa como para duplicar el contenido, lo que no sólo trae los beneficios del aloe, sino también beneficios a sus bolsillos. Lo dejo a vuestra consideración no sin antes preguntaros, ¿han tenido ustedes alguna experiencia con este “suculento” habitante de nuestros jardines? ¿Cómo es que lo usan?

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